Esta especie
de megacañón de impacto en la actualidad se sigue utilizando para comprobar los
efectos de las deflagraciones sobre la nueva familia Kunga de vehículos de
tierra no tripulados, pero durante años se ha utilizado sobre todo tipo de
vehículos. Denominado UT-5000, este dispositivo es único en Rusia y se encarga
de recoger la onda expansiva generada por una explosión de magnitud variable y
dirigirla de manera directa sobre un objeto. La utilidad principal del UT-5000
es comprobar in situ la capacidad devastadora de una onda de choque sobre los
vehículos, sus ocupantes y los sistemas. Si la Unión Soviética quería fabricar
vehículos de combate a prueba de bombas sólo había una manera, y lo llevaron al
extremo.
Al efecto de
las propias ondas de choque también podían añadir un pulso electromagnético
para simular los efectos de una bomba atómica, sólo necesitaban llevar al
extremo la resistencia de la estructura añadiendo más material explosivo.
Básicamente consistía en una estructura de hormigón reforzado, un túnel con un
diámetro de 5 metros y unos 110 metros de largo en cuyo extremo inicial se
situaba una plataforma para soportar las detonaciones encargadas de generar la
onda de choque. Esta onda se canalizaba por el interior y en el otro extremo se
colocaba el objeto que iba a ser estudiado. En el caso del vídeo, la
demostración se hace sobre un pequeño coche que, al recibir la onda de choque,
es lanzado a más de 10 metros de distancia.
La onda de
choque es tan contundente que no sólo tiene efecto en el frente que recibe el
impacto, sino que todo el coche que destruido. Las piezas del coche quedan
repartidas a más de 150 metros. Y no sólo eso, sino que dejan objetos alrededor
de la zona de impacto como la escalera y una garrafa de agua. Objetos que por
supuesto sufren una aceleración súbita que los catapulta a decenas de metros.
El ejército
ruso lo ha utilizado sobre todo para estudiar la viabilidad de los centros de
mando móviles y su capacidad para mantener a salvo en su interior a los
militares, sobreviviendo al impacto y sin que el vehículo volcase mientras
tratan de conservar en funcionamiento los equipos. Parte del vídeo más extenso
publicado por TV Zvezda muestra con imágenes de archivo cómo incluso un blindado
de transporte de infantería BMD-1 de 7,5 toneladas es literalmente arrasado por
la onda expansiva de una bomba nuclear. Mediante diferentes secciones de entre
1 y 3,6 metros, el enorme tubo americano puede digerir detonaciones de hasta
1.180 kg de explosivos para testar las piezas de las naves espaciales que se
enfrentan a la reentrada en la atmósfera.
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